La adivinación se remonta a tiempos
ancestrales, y el conocer el destino se practicaba en tiempos inmemoriales.
Mucho se ha hablado sobre los oráculos,
la videncia, el espiritismo, la cartomancia, la quirología, etc ...; desde
antes, incluso, del Imperio Romano y la Antigua Grecia.
No se conoce con certeza la procedencia
del Tarot. Algunos datan su origen en la época egipcia; otros afirman que viene
de Oriente, y otros determinan que fue en la Edad Media. En sus símbolos se han
detectado influencias tan variadas como ritos griegos, el gnosticismo, el
neoplatonismo, el hermetismo, los cátaros, las antiguas filosofías árabes e
indicas y la cábala judía.
Otros expertos señalan que hay mucha
semejanza entre el Tarot y el antiguo ajedrez indio, y otros estudiosos afirman
que fueron creados por cabalistas judíos en Fez, en el año 200.
No obstante, la mayoría de los expertos
opinan que la introducción y difusión del Tarot por Europa y Occidente se debe
a los zíngaros.
Han existido varios Tarots desde épocas
muy remotas, pero hay una grandísima semejanza, por no mencionar la palabra
equivalencia, entre todos ellos. Sin embargo, el Tarot que más aceptación tuvo
fue el de Marsella, compuesto por 22 Arkanos Mayores y 56 Arkanos Menores. El
Tarot de Marsella presentaba personajes enteros y no desdoblados, la numeración
aparecía en la parte superior en romano, y el nombre de la carta en francés en
su parte inferior. La época en que se data se remonta al Siglo XV. Muy
probablemente el tarot fue anterior a los naipes, aunque están relacionados
entre sí. Hay pruebas de que los naipes se extendieron por Europa mucho antes
del siglo XV.
Las apuestas con cartas fueron
prohibidas en la Alemania actual hacia 1378, aunque en 1379 fueron uno de los
actos más relevantes de un festival celebrado en Bruselas, y en el mismo año,
los libros de contabilidad del Duque de Brabante (Bélgica) registraron una suma
pagada por una baraja. En 1380, el Código de Nuremberg aprobó las partidas y,
tres años más tarde, fueron autorizadas en Florencia.
Sin embargo, en 1397 los parisinos aún
tenían prohibido jugar a las cartas durante los días laborales.
A finales de la Edad Media, la iglesia, que se oponía al juego y a su especial énfasis en la suerte, y consideraba las cartas como un medio para unir a la gente con el pecado, procedió a la quema de muchas barajas de tarot. El primer ataque conocido fue redactado en 1377 por un monje suizo. Al parecer, el objeto de sus críticas no fue una baraja de 78 cartas, ni tan sólo las 22 cartas principales del tarot, sino un juego de 56, posible precursor de la baraja moderna. En 1450, un fraile franciscano del nortre de Italia denunció las imágenes paganas que aparecían en las cartas. Su ataque retomaba la cruzada inicida por san Bernardino de Siena contra la práctica del juego, generalizada en Italia. En 1423, Bernardino fue el responsable de la destrucción de una serie de barajas diseñadas para importantes familias italianas.
La baraja Visconti, creada por Filipo Visconti, duque de Milán, se salvó milagrosamente de las llamas, y es una de las barajas más famosas que han llegado hasta nuestros días.
A finales de la Edad Media, la iglesia, que se oponía al juego y a su especial énfasis en la suerte, y consideraba las cartas como un medio para unir a la gente con el pecado, procedió a la quema de muchas barajas de tarot. El primer ataque conocido fue redactado en 1377 por un monje suizo. Al parecer, el objeto de sus críticas no fue una baraja de 78 cartas, ni tan sólo las 22 cartas principales del tarot, sino un juego de 56, posible precursor de la baraja moderna. En 1450, un fraile franciscano del nortre de Italia denunció las imágenes paganas que aparecían en las cartas. Su ataque retomaba la cruzada inicida por san Bernardino de Siena contra la práctica del juego, generalizada en Italia. En 1423, Bernardino fue el responsable de la destrucción de una serie de barajas diseñadas para importantes familias italianas.
La baraja Visconti, creada por Filipo Visconti, duque de Milán, se salvó milagrosamente de las llamas, y es una de las barajas más famosas que han llegado hasta nuestros días.
Los Arcanos Menores
Las 56 cartas menores, o arcanos
menores, se dividen en cuatro palos, con una serie de cartas numeradas del as
al diez y cuatro figuras. Son la Reina, el Rey, el caballo, y una persona
joven, que en principio podía ser de ambos sexos, llamada Sota. Inicialmente,
el término "sota" significaba infante, por lo que se cree que las
figuras representaban a una familia medieval acomodada o a una pareja real
con un simbólico defensor y un criado.
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Los cuatros palos - espadas, oros,
bastos y copas - estaban tradicionalmente asociados a los antiguos símbolos
astrológicos del león, el toro, el águila y el ángel (o el hombre), que en la
versión del Viejo Testamento del profeta Ezequiel se convirtieron en los cuatro
animales del Apocalipsis. Los artistas medievales los equipararon a los cuatro
elementos - fuego, tierra, aire y agua- y a los cuatro estaciones -verano,
primavera, otoño e invierno -. Éstos, a su vez, se asociaron a las letras
hebreas IHVH o Jehová (la energía consciente de la que se crea el universo).
También se creía que los cuatro palos procedían de los cuatro objetos sagrados
de las leyendas del santo Grial; la espada, el palto, la lanza y la copa. Otros
creen que se derivan de las cuatro clases sociales; las copas como símbolo de
la iglesia, los oros de los que ganan dinero, las espadas de los guerreros y
los bastos de los campesinos. Así mismo, las copas podrían representar a la
aristocracia, los bastos a los terratenientes, los oros a los comerciantes, y
las espadas a los guerreros.
En el siglo XV, un caballero francés,
Etienne de Vignoles, adaptó los arcanos menores para crear un juego de piquet.
La baraja moderna, derivada de la anterior, contiene corazones en vez de copas,
lo que confiere connotaciones de amor y felicidad; diamantes en vez de oros,
término derivado de la baldosa en forma de diamante del pavimento de la Bolsa
de París, por la asociación del palo con el dinero; tréboles en vez de bastos
(surgen de la planta del mismo nombre e implican fertilidad y trabajo
creativo); y picas en vez de espadas, palabra derivada de un tipo de espada
larga o del asta de una espada, y que implica fuerza, conflicto y lucha
espiritual.
ARCANOS MAYORES
Es un libro formado por
imágenes y símbolos. Cada uno de ellos es portador de múltiples y complejos
significados.
El Tarot más conocido, transformado y mutilado a través del tiempo, es el hoy
llamado Tarot de Marsella. Si
bien su origen se pierde en la noche de los tiempos, hay diversas historias que
ilustran sus comienzos. Una de ellas cuenta que fue escondido por una antigua
civilización en un juego porque se pensó que así pasaría desapercibido y
lograría trasmitir, finalmente, su enseñanza.
El Tarot se basa en 78 cartas divididas en tres series:
-Cuarenta Arcanos menores numéricos sin figura, divididos a su vez en cuatro palos, a los que sería más correcto llamar “colores”: los Bastos, las Espadas, las Copas y los Oros (Tréboles, Picas, Corazones y Diamantes).
-Una serie de 16 cartas llamadas Honores (quizás porque representan personajes de la aristocracia) o Triunfos, que son las Figuras de la Corte (pajes o sotas, caballeros, reinas y reyes). Cada una de las series pertenece, a su vez, a un palo.
-Veintidós Arcanos Mayores. Veintiún de ellos con un nombre y un número y sólo uno de ellos sin número, el Loco, que vino a convertirse en comodín del juego de barajas.
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