RITUALES PARA 2015
Si hay fechas que están llenas de tradición y supersticiones, las que
cierran el ciclo del año y abren el que recién se inicia ocupan los primeros
lugares. La mayoría de las acciones que se supone nos traerán felicidad, amor,
suerte y hasta dinero, deben realizarse a partir de las cero horas del día 1º
de enero, para que se conjuren todas las vibraciones negativas. Pero el tiempo
se alarga y para implementar algunas de ellas la costumbre ha habilitado el mes
completo, así que si no lo han hecho aún, no se preocupen, que todavía hay
chance.
Para el efecto, existen todo tipo de prácticas, algunas más sencillas,
otras más complejas, pero en su mayoría llenas de una visión asombrosamente
mágica del futuro, como veremos de seguido.
La esquiva suerte
Muchos están convencidos de que pueden acercar la suerte, para que los
favorezca el resto del año, si la conjuran con ritos y amuletos. Hasta las
personas que menos pensaríamos que son creyentes, tienen algún secreto conjuro
para el inicio de año.
Algunos preparan el pan del buen augurio, un bollo que se parte
por la mitad y al que se le echa una pizca de arroz, otra de café y otra de
azúcar, más una moneda nueva. Se amarra bien con cinta roja y se deja en un
lugar fijo de la cocina durante todo el año. Hay quienes lo barnizan, para
evitar que sea presa de los insectos, o lo envuelven en papel dorado. El último
día de este año que recién comienza deberán tirarlo bien lejos y colocar uno
nuevo en su lugar. En un principio, la idea era que asegurara alimento y
prosperidad, pero ahora el asunto se ha vuelto más pragmático y se cree que es
un instrumento idóneo para ganar la lotería.
Otros colocan detrás de la puerta siete cabezas grandes de ajo, amarradas
con una cinta roja. El uso del ajo como amuleto contra la mala suerte es una
tradición muy antigua y se aplica en diversas culturas. Por eso los vemos en
los filmes para ahuyentar a los vampiros y todo lo que supone una energía
negativa. Después de las seis de la tarde del 31 comienza el plazo para
tirarlos a no menos de una cuadra de distancia de la casa. Quien se deshaga de
ellos debe regresar por un camino diferente, para que no traiga de vuelta las
malas vibraciones que recogerán los ajos durante los próximos doce meses,
aseguran quienes en eso creen.
Asimismo, en este principio de año es grande la venta de las rosas de la
variedad llamada Príncipe Negro. Hay quienes compran siete de esas
bellas flores, pero no para adornar la mesa en las ocasiones festivas, sino
para deshojarlas sobre una palangana con agua, que deberán dejar afuera durante
la noche, para “que les dé el sereno”. En la mañana habrán colado los pétalos y
se habrán dado un baño con esa agua, mirando hacia el Poniente; quienes así lo
hacen, creen que la suerte no les faltará.
Las “santalucías”
Una de las costumbres más arraigadas es la de recoger ramitos de santalucías,
esas florcitas silvestres de color morado, que se supone que le darán buenos
augurios al año que se inicia.
La leyenda nace de la historia de la santa a quien le están dedicadas esas
flores, y que es la patrona de los ciegos. Los jugadores le piden que cause la
ceguera de sus contrincantes, para que la suerte les favorezca solo a ellos
[han de presumir que eso de amar al prójimo como a ti mismo no
figura en el decálogo de la santa...].
La tradición señala que si recogemos y guardamos nuestras santalucías,
la buena fortuna nos sonreirá por los doce próximos meses. Alguna gente las
coloca en una bolsita dentro de la billetera, para que le ayuden a acercar el
dinero.
En todo caso, esta es una costumbre que usualmente une a toda la familia en
un agradable paseo al campo, en busca de los lugares en donde la flor ha
brotado, a la orilla de las calles, en los paredones, o en medio de potreros y
lomas. Aunque el pintor costarricense Miguel Casafont, con humor festivo,
señala en su página de Facebook que para que el conjuro cumpla su objetivo,
deberán cortarse las flores en las cercanías de una gran hacienda, a efecto de
que la prosperidad actúe por contagio…
Amarillo, el color de la fortuna
Aunque se dice que quien lleve ropa interior roja el primero de enero
encontrará al amor de su vida, es el uso de prendas de color amarillo el que
está más arraigado en la costumbre popular. En nuestra cultura, este es el
color de la fortuna, la amistad y la prosperidad. Remite al oro, al sol y a los
sentimientos positivos; por eso es que se prefiere para comenzar el año.
Si se trata de la ropa interior, se supone que llevarla en ese tono
atraerá mucha felicidad y alegría. Pero también el uso de otras prendas en
amarillo, supuestamente será un gancho para la buena fortuna y que todo lo
mejor se hará realidad en el año que se inicia.
Hay varios dichos que utiliza nuestro pueblo y que se relacionan con este
hábito de preferir el amarillo en esa ocasión. Es común que cuando alguien sale
de amarillo el primero de enero, se le diga: “Quien de amarillo se viste, a
su hermosura se atiene“. O bien, de manera menos generosa, “quien de
amarillo se viste, en la calle lo desvisten“.
Otras variadas costumbres de la época se me quedan en el tintero, pero con
conjuros o sin ellos, ¡Feliz Año Nuevo y mucha felicidad para todos
ustedes!
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