La telepatía, la telequinesis
y el interfaz cerebro-conmutador
En años recientes se han
presentado varias estrategias científicas que muestran como la actividad
cerebral puede ser descodificada y desarrollarse un método para poder leer los
pensamientos. Los neuro–ingenieros han desarrollado una técnica donde se
implantan electrodos bajo el cráneo que permite obtener y procesar la actividad
cerebral, interpretar algunas señales cerebrales que intervienen en la
formación de sonidos simples, y traducir esto en el movimiento de un cursor en
una pantalla de computadora. Al colocar electrodos directamente en el cerebro,
la persona logra mover un cursor con sólo pensar en sonidos de vocales. A esta
tecnología de le conoce como de “Interfaz Cerebro–Computador” (en inglés,
Brain–Computer Interface, BCI).
Por actividad neuronal se
entiende la actividad eléctrica que permite identificar los principales
potenciales de acción que se transmiten. Por consiguiente, la actividad
cerebral sería el funcionamiento del conjunto de neuronas del sistema nervioso
central localizadas en el cerebro. Un potencial de acción o impulso eléctrico,
es una onda de descarga eléctrica que viaja a lo largo de la membrana
celular, en este caso, del axón de la neurona. Los potenciales de acción se
utilizan para llevar información entre unos tejidos y otros. Pueden generarse
en varios tipos de células corporales, pero las más activas en su uso son las
células del sistema nervioso. La información viaja entre neuronas por medio de
impulsos eléctricos que se transmiten de unas neuronas a otras. Las neuronas
conforman e interconectan los tres componentes del sistema nervioso: sensitivo,
integrador o mixto y motor. Además, pueden comunicarse a través diversos medios
con otros tejidos corporales, como el músculo o las glándulas. Los potenciales
de acción son la vía fundamental de transmisión de códigos neurales.
Las neuronas poseen
propiedades estructurales y funcionales que permiten conducir impulsos
eléctricos a gran velocidad (1 a 100 metros por segundo) e integrar la
actividad de muchas neuronas. La actividad coordinada de las neuronas y sus
interacciones, por medio de las sinapsis, producen respuestas motoras y
emocionales, percepciones, aprendizaje, memoria, lenguaje y en general todos
los procesos mentales. La actividad neuronal se puede determinar por medio de su
registro eléctrico. El registro electrofisiológico define con exactitud la
forma y el patrón de descarga neuronal, lo que da pie a interpretar el código
de comunicación interneural. Los ectroencefalogramas elaboran registros
gráficos de la actividad eléctrica del cerebro.
Los potenciales de acción
viajan a lo largo del axón como una onda de naturaleza eléctrica a lo largo de
la cuerda. Las fibras nerviosas se comportan como conductores eléctricos, por
lo cual, un potencial de acción generado en un punto concreto genera otro
gradiente de voltaje entre las porciones de membrana, activadas y en reposo,
adyacentes a él. Gracias a esta conductividad eléctrica el electroencefalograma
puede registrar gráficamente la actividad eléctrica del cerebro.
La actividad eléctrica
regula la sincronización de la actividad neuronal mediante un ciclo de
retroalimentación positiva, afectando el comportamiento de las mismas neuronas
que la producen. Esto, en términos bio–físicos, quiere decir que los campos
eléctricos influyen en la actividad del cerebro, y que el cerebro al generar
campos eléctricos durante su actividad intrínseca afecta su propia actividad.
La actividad concertada o sincronizada de los impulsos eléctricos es lo que
mide el electroencefalograma.
Javier Mínguez, nos
explica que la tecnología de interfaz cerebro–computador es un sistema de
interacción hombre–máquina capaz de traducir nuestras intenciones en
interacción real con un mundo físico o virtual. El funcionamiento básico de una
BCI es medir la actividad cerebral, procesarla para obtener las características
de interés, y una vez obtenidas interaccionar con el entorno de la forma
deseada por el usuario. Desde un punto de vista de la interacción
hombre–máquina, esta interfaz tiene dos características que la hacen única
frente a todos los sistemas existentes. La primera de ellas es su potencial
para construir un canal de comunicación natural con el hombre, la segunda su
potencial acceso a la información cognitiva y emocional del usuario1.
Según Mínguez, la BCI vista
como máquina que traduce intenciones humanas en acciones tiene al menos tres
partes bien diferenciadas: 1. Sensor: es el encargado de recoger la actividad
cerebral. La gran mayoría de modalidades sensoriales utilizadas en BCI
provienen de aplicaciones clínicas, como son el electroencefalograma, la imagen
por resonancia magnética funcional, etcétera; 2. Motor de Procesamiento de
Señal: este módulo recoge la señal resultado de medir la actividad cerebral y
aplica unos filtros para decodificar el proceso neurofisiológico que refleja la
intención del usuario; 3. Aplicación: es el módulo de interacción con el
entorno y da forma a la aplicación final de la BCI. Puede ser mover una silla
de ruedas o escribir con el pensamiento en una pantalla de ordenador.
La BCI pretende construir
un interfaz de interacción máquina–hombre capaz de crear un canal de
comunicación natural, además de acceder a la información cognitiva y emocional
del usuario. Los interfaces actuales como los ratones, teclados o seguidores de
ojos, etcétera; son sistemas que permiten convertir las intenciones de control
del usuario en acciones. Sin embargo, no son formas naturales de modelar y
ejecutar la interacción, y a su vez carecen del potencial de acceder a
información cognitiva como puede ser la carga de trabajo, la percepción de
errores de los sistemas, la información afectiva, etc. La BCI tiene como
objetivo traducir las intenciones directamente en órdenes.
En términos militares
significa poder “conectar” directamente al cerebro de un soldado sus armas
o drones (aviones no tripulados). De acuerdo con el informe de la
Royal Society (la Sociedad Real, la Academia de Ciencias del Reino Unido),
publicado en la BBCmundo, el 7 de febrero de 2012, se dice: “debido a que el
cerebro humano puede procesar imágenes –como objetivos– mucho más rápido de lo
que el individuo puede tener conciencia, un arma conectada a un sistema de
interfaz neural podría ofrecer ventajas significativas, en términos de rapidez
y precisión, sobre otros métodos de control de sistemas”
En otras palabras, la BCI
tendría acceso a la información cognitiva humana, dado que está basada en medir
la actividad cerebral; por principio, la comunicación sería natural al tener
acceso a información cognitiva como ningún otro interfaz tiene. Esto la dota de
un potencial incalculable.
¿Tienes
problemas en el amor, la salud, los negocios, deudas o viajes al extranjero?
¡¡¡Ya
no sufras más en silencio!!!
Escribe:
yenilay2014@gmail.com
layyeni@gmail.com
Llama:
00502 40175397
Sigue
a Vidente Yeni Lay: @yenilay2014
@yeni_lay
facebook.com/yenilay2014
facebook.com/yenilay1
¡¡¡Pide
tu talismán...Gratis!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario