MEDICINA
NATURAL
Una
enfermedad raramente aparece sola. Si se ha cogido un gran resfriado, por
ejemplo, se producen a menudo al mismo tiempo tos, catarro y ronquera. Por
tanto, no es preciso beber una infusión para la tos, otra para el catarro y
otra para la ronquera, sino que se pueden mezclar a partes iguales las hierbas
indicadas y hacerse con ellas una infusión, que se beberá repartida a lo largo
del día.
De
la misma manera se debe proceder cuando se toman las hierbas medicinales como
prevención de posibles enfermedades. En la época de la gripe, por ejemplo, como
medida preventiva se añaden unas gotas de amargo sueco a la infusión habitual.
No hay que poner límites a la hora de hacer la mezcla, ni siquiera cuando las
hierbas que se utilizan tienen que combatir enfermedades muy distintas. Las
plantas medicinales del Jardín de Dios buscan por sí mismas su camino en el
cuerpo humano, van justamente allí donde se las necesita, y sus poderes
medicinales no son incompatibles, por lo que unas no pueden anular el efecto de
otras cuando se toman al mismo tiempo.
También
las cantidades recomendadas son totalmente inofensivas, si se tiene en cuenta
que los riñones necesitan aproximadamente dos litros de líquido al día. Pero
beber por ello infusiones en cantidades excesivas sería el extremo que habría
que evitar.
Las
plantas medicinales deben utilizarse con moderación. Gran cantidad de hierbas
en una infusión, o en baños de cuerpo entero o de asiento, no conllevan una
mejor curación. Mucho más importante sería adoptar un cambio en la actitud frente al efecto curativo de las plantas.
Ocúpese más de su cuerpo, busque dentro de sí, no se deje dominar mentalmente
por la enfermedad.
La
actitud interior, siguiendo los propios sentimientos, es tan importante para el
éxito en la curación como la
dosificación y utilización correctas de las plantas medicinales.
En
las recetas, la dosificación se refiere siempre a las hierbas secas, que se
pueden comprar en las farmacias o en los herbolarios. Si se toma el trabajo de
recoger plantas medicinales frescas –cuya fuerza curativa es mayor que la de
las plantas secas-, se debe tomar, en lugar de la dosis habitual, que es una
cucharadita colmada, tanta cantidad de hierbas
frescas como se pueda coger en un puñado.Da igual si una mano más grande
coge algunas hojas más. Es mucho más
importante seguir rigurosamente las
indicaciones para la preparación.
A
la hora de preparar la infusión, nunca deben cocerse las plantas, ya que
destruirían todas las sustancias activas. Y después de un baño de asiento o de
cuerpo entero, se debe sudar siempre, para así garantizar el éxito curativo
deseado.
DOLOR DE
CABEZA
Los dolores de cabeza pueden tener
muchas causas. Casi todas las personas lo sufren de vez en cuando, pero a
muchas les afecta continuamente. En muchos casos se trata de jaqueca, pero la
causa también puede ser el tiempo, un brusco cambio atmosférico, una
ventilación escasa, el alcohol y la nicotina.
REMEDIOS
Ortiga Menor: Se pueden beber sin
problemas hasta dos litros al día de infusión de ortiga menor.
Primavera: En una taza con hojas
frescas o secas de Primavera (una cucharadita colmada por taza) se hecha agua
hirviendo y se deja reposar medio minuto hasta que la infusión adquiera un
color ligeramente amarillo dorado. Entonces se bebe la primera de las tres
tazas que hay que tomar a lo largo del día.
HIPERTENSIÓN
En caso de hipertensión crónica, la
sangre es bombeada con demasiada fuerza, con lo que puede dañarse el corazón,
las venas o los órganos. Pero como el cuerpo tiende a compensar el aumento de la presión sanguínea, la
sintomatología sólo se produce poco a poco.
Quien padezca esta enfermedad debe
renunciar al café y a la nicotina. Se recomienda tomar comidas con poca grasa y
el mínimo de sal posible, y no abusar de los esfuerzos físicos.
REMEDIOS
Para fortalecer el corazón y
facilitar la circulación se recomienda la siguiente mezcla de hierbas: 10 g de
anserina, 10 g de árnica, 10 g de pimpinela, 10 g de alga vesiculosa, 10 g de
cáscaras de judías, 10 g de fumaria, 10 g de corteza de arraclán, 10 g de ruda,
10 g de gatuña, 10 g de agripalma, 10 g de bolsa de pastor, 10 g de liquen de
Islandia, 10 g de diente de león, 10 g de melisa, 10 g de muérdago, 10 g de
grama, 10 g de milenrama, 10 g de mate y 10 g de equiseto menor.
Se mezclan bien las hierbas en las
cantidades indicadas y se deja en remojo una cucharadita colmada de la mezcla en una taza de agua fría durante
unas dos horas. A continuación se calienta la mezcla, se cuela y se endulza con
una cucharadita de miel. Se debe tomar una taza por la mañana y otra por la
noche.
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