PARAPSICOLOGÍA
La parapsicología es considerada una pseudociencia por la comunidad
científica, dado que la propia existencia de los fenómenos paranormales no es
demostrable científicamente. Desde el año 1964 la Fundación Educativa James
Randi ofrece la suma de un millón de dólares americanos a quien consiga, bajo
condiciones controladas y supervisadas de laboratorio, demostrar un solo
fenómeno paranormal como los anteriormente mencionados. Hasta ahora nadie ha
podido hacer una demostración satisfactoria y el premio sigue sin reclamar hace
más de cuarenta y cinco años.
Actualmente, la investigación parapsicológica utiliza metodologías de
trabajo de campo e investigación de laboratorio, y es llevada a cabo en algunas
universidades y laboratorios con fondos privados. Aunque algunos trabajos sobre
parapsicología han sido publicados en revistas científicas (Psychological
Bulletin, Foundations of Physics y el British Journal of Psychology), las
publicaciones sobre parapsicología se concentran en revistas de asociaciones
dedicadas al tema, como el Journal of Parapsychology (publicado entre 1959 y
1968, y luego entre 2000 y 2001) y el European Journal of Parapsychology (que
dejó de publicarse en 2010 debido a la falta de artículos).
ETIMOLOGÍA
La palabra parapsicología fue acuñada por primera vez por el filósofo y
psicólogo alemán Max Dessoir en junio de 1889 en un artículo publicado en la
revista alemana Sphinx. Este término sustituyó a investigación psíquica o
metapsicología que venía usándose décadas atrás para nombrar la investigación
de aquellos fenómenos psíquicos que no lograba descifrar la ciencia. En las
sucesivas décadas que siguieron a este hecho el término terminó siendo aceptado
por los diversos organismos internacionales de investigación científica.
HISTORIA
El interés por explicar fenómenos supuestamente paranormales es propio
de la humanidad desde sus inicios, pero es desde la era grecorromana cuando el
interés por éstos se hace más vivo, aunque sin una metodología de estudio. No
es hasta finales del siglo XIX, en 1882, cuando de la mano de William Barret y
Jules Romanes se funda la Society for Psychical Research en Londres con el
propósito de investigar una gran cantidad de fenómenos designados por términos
como hipnótico, psíquico y espiritualístico (that large body of debatable
phenomena designated by such terms as mesmeric, psychical and spiritualistic).
Paralelamente, la London Dialectical Society emprendía la investigación
"científica" de estos fenómenos.
Durante toda la edad media, hasta el siglo XIX en occidente la Iglesia
Católica acreditaba como hechos milagrosos derivados del poder de Dios o el
Demonio fenómenos que hoy denominaríamos paranormales. A principios del siglo
XVII con la llegada del Barroco y más tarde de la Ilustración en el siglo
XVIII, se produjeron diversos movimientos revolucionarios que, a tono con la
racionalización propia de la época, exigían un punto de vista más racional y
empírico sobre dichos acontecimientos. Fue el estadísta Francis Bacon, en 1627,
el primero que invitaba a la investigación de estos fenómenos en su obra Sylva
sylvarum, or, a natural history in ten centuries. Joseph Glanvil en cambio, en
su obra Saducismus Triumphatus, mezclaba en su propia hipótesis
"racional" la transmisión de pensamientos por el espacio (hoy llamada
telepatía) y la hechicería sobrenatural. John Locke (1632-1704) comenzó un acercamiento
al empirismo más objetivo desechando la obsesión, aún imperante, contra las
brujas.
Años más tarde Franz Anton Mesmer afirmó haber descubierto el
magnetismo animal o mesmerismo, dando amplia publicidad del mismo en 1775. Con
esta técnica pretendía ejercer un influjo terapéutico sobre sus pacientes con
una finalidad de curación, utilizando un medio etéreo llamado pase magnético,
que no era sino la antesala de lo que más tarde llamaríamos hipnosis, estudiada
y desarrollada más ampliamente en 1842 por el neurocirujano James Braid, que
publicaría al año siguiente Neurypnology: or the Rationale of Nervous Sleep,
donde la calificaba de sueño nervioso. James Braid, no obstante, consideraba
incorrecta la hipótesis del pase magnético como un fluido o materia etérea,
contradiciendo así a Mesmer. Mientras tanto, de 1783 a 1793, Salomon Maimon y
Karl Philipp Moritz publicaban la revista Conocimiento experimental del alma,
donde trataban aspectos como la clarividencia, el presentimiento, los sueños o
las apariciones.
Durante el siglo XIX en Europa occidental y Estados Unidos fueron
fundamentalmente Edmund Gurney, Frederick Myers, Frank Podmore y Richard
Hogdson los que sentaron las bases de la parapsicología. A finales de este
siglo los fenómenos espiritas recibieron la mayor atención de los
investigadores europeos y en general de la sociedad de la época.
En 1919 se funda en París el Institute Metapsychique Internationale, en
cuyas actividades participaron Pierre Janet, Charles Richet y Theodore
Flournoy, y que incluían entre otras el automatismo, la hipnosis telepática y
la mediumnidad. Tras la Segunda Guerra Mundial se creó la primera cátedra de
parapsicología por parte de la universidad de Utretch, bajo la tutela de
Tenhaeff. En Europa del este y la actual Rusia las investigaciones se
intensificaron al final de la década de 1870 y se centraron en la hipnosis y la
telepatía, fundamentalmente, de la mano del fisiólogo Leonid Leonidovich
Vasiliev (1891-1966) que intentó demostrar que la hipnósis era producida por la
irradiación de las ondas cerebrales sin obtener resultado. Durante el
Stalinismo este tipo de investigaciones fueron ridiculizadas y reprimidas. No
obstante, a finales de la década de los 60, la Unión Soviética ya investigaba
los poderes psíquicos que pudieran utilizarse con finalidad militar.
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